Añadiendo tu propio sabor a la ropa que vistes, ganas reconocimiento y te diferencia de los demás. En las décadas de los 60, 70 y 80 en Nueva York, los jóvenes de la calle adoptaron distintos códigos a la hora de vestir y actuar, representados en las películas. Bandas de moteros, mafiosos, proxenetas, celebridades del deporte y artistas marciales son sólo algunos de los personajes que imitaban. Algunas de estas adaptaciones se reciclaron y siguen causando impacto en el mundo de la moda.
Por ejemplo, pintar o planchar tu nombre y el de tu crew en la parte trasera de las chaquetas vaqueras, estuvo inspirado en las bandas de moteros y las pandillas. Las películas de artes marciales nos influyeron a la hora de enrollarnos el tobillo con nuestros propios cordones. Los signos de nuestra identidad cultural y social se han transmitido y se transmiten a través de prendas de vestir y complementos.
No es lo que llevas puesto, sino cómo lo rockeas.
Para imitar la apariencia abultada de los sombreros, por las rastas de los rastafaris, rellenabamos nuestros sombreros Kangol con plástico o papel para lograr la misma estética. Los cordones y los cinturones son considerados armas en prisión y son confiscados. Esto dio como resultado los pantalones caídos y las zapatillas sin cordones. Lo que era una norma en prisión, se convirtió en una moda en las calles. Otro ejemplo, son los bikers, que se subían el dobladillo del pantalón para evitar que se atascara con la cadena de la bicicleta, y también pasó a ser moda. La aplicación práctica y, en algunos casos, la necesidad se convirtieron en los padres del estilo. Muchas veces, sin quererlo, las modas se inician sin tener en cuenta su propósito inicial.
Los creadores de tendencias de moda urbana dedicaban horas a su vestuario, personalizandolo minuciosamente y combinando colores, marcas y accesorios. Como consecuencia del bajo presupuesto que tenían, algunos crearon nuevas tendencias mezclando distintos estilos y códigos de vestir.
En los años 70 y 80 ciertos estilos eran distintos y estaban vinculados a ciertos ambientes. Mientras que en el movimiento Disco y el Hustle usaba ropa de poliéster y zapatos con plataforma, el rebelde urbano se vestía con vaqueros, cuero, zapatillas y botas. Mientras que los primeros, se preocupaban por una apariencia limpia, los segundos se encontraban más cómodos con la apariencia de los outlaws.
Las zapatillas no estaban permitidas en la mayoría de las discotecas, en su lugar utilizaban zapatos con suela de goma como las Playboys o las British Walkers, que eran una alternativa a los zapatos de suela dura. Estos zapatos híbridos daban el pego de atuendo “formal”, además de proporcionar la comodidad del calzado deportivo. Por otro lado, las jams de barrio dieron a la gente la oportunidad de mostrar su forma de vestir, sin ningún tipo de restricción. A diferencia de la escena de las discotecas que era regulada por los dueños de los locales, en la calle existía una mayor libertad de expresión. La formalidad no era una regla cuando se usaban pantalones de poliéster remangados, A.J.’s (Armani Jeans) o pantalones de cuadros con una camiseta y zapatillas. Los vaqueros de marca se combinaban de forma similar. Ciertas personas se relacionaban con determinados grupos sociales y vestían de esa forma, mientras que otros combinaban distintas influencias.
En lo que se refiere a la ropa deportiva, sigue causando sensación entre la juventud. En el pasado, personalizamos nuestras zapatillas con cordones de diferentes colores y técnicas para atarlos. Los cordones de algodón se estiraban, empapaban en almidón y planchaban, para colocarlos posteriormente en las zapatillas. El logotipo de la marca era pintado con colores que combinasen. Las Suede azul marino podrían tener un logo azul marino pintado encima. Los nombres de marcas no siempre eran respetados, y se eliminaban de las zapatillas para dejar espacio a los diseños propios. También, se usaban varias capas de calcetines para dar una apariencia exagerada y gruesa. Nuestra manera de vestir reflejaba la individualidad y el artista que llevábamos dentro. Era como si los personajes que dibujábamos con sprays cobrasen vida.
Las joyas por lo general daban a la gente un mayor estatus en las calles. Las cadenas y medallones de plata eran la elección en los años 70 y principios de los 80. Los joyeros comenzaron a diseñar medallones al estilo graffiti. Se incorporaron letras tipo block, bubbles y chinas, atrayendo al mercado urbano. En ciertas comunidades urbanas de Nueva York, vestir tu nombre, contribuía a crear cierto aire de importancia, como en el caso de los que taggeaban o dibujaban su nombre en vagones y muros. Los nombres en las joyas, hebillas de cinturón y ropa servían de autopromoción.
Aquellos que practicaban algún elemento del Hip Hop eran conocidos por seleccionar cuidadosamente su vestuario. Los colores de pandillas/crews en otro lugar que no fuera su territorio, generaban tensión. Algunos de ellos se tragaban su orgullo y se vestían con ropas neutrales para conquistar nuevas zonas, dentro de sus respectivas formas de expresión artística. Muchos pioneros del Hip Hop, eran anteriormente miembros de bandas. Desde bailarines hasta escritores de graffiti, estos guerreros de la calle vivieron y murieron para representar su identidad y reputación. Los outlaws de Nueva York se convirtieron en los reyes y reinas de la customización. Colores y parches que cosían a sus chaquetas vaqueras. Los materiales incluían entre otros el terciopelo, las letras tipo iron-on, los cuellos de piel y las colas de zorro. Los nombres, colores y parches centrales variaban.
Algunas bandas se convirtieron en crews e hicieron la transición de los enfrentamientos físicos a las batallas artísticas. En este proceso reinventaron sus colores y usaron sudaderas y otras prendas de vestir con letras planchadas. Los escritores de graffiti continuaron esta tradición pintando sus nombres en pantalones vaqueros y chaquetas.
En los años 80, cuando una nueva generación salió a la calle, las modas y actitudes de la década anterior se habían quedado obsoletas o se habían adoptado y transformado en los estilos actuales.
La cultura del Hip Hop es el resultado de las vibraciones del pasado tomando nuevas formas.
El espíritu de batalla de la cultura Hip Hop se expresa a través de todos sus elementos. Rockeamos todo, desde los movimientos de baile hasta la ropa, los beats, las rimas, etc. Es una batalla continua, tratando de ser el mejor. Llevamos con orgullo nuestras ARMADURAS URBANAS y estamos listos para la guerra en cualquier momento. La moda Hip Hop abarca una variedad de influencias pero comparte un denominador común, y somos conscientes de sus infinitas posibilidades. A través del espíritu de batalla, la cultura Hip Hop continúa presentando nuevas propuestas e iniciativas dentro del mundo de las artes y las sociedades culturales.
¡Rockea hasta el amanecer!
Escrito por Jorge “Popmaster Fabel” Pabon
Traducido por Donato “Somalias” Gómez
Colores. Ropa de un color/estilo específico, que identifica la asociación de una persona con una banda.
Outlaw. Término usado para referirse a aquellos que viven el modo de vida de las bandas.